martes, 20 de febrero de 2018

Me mira... *

La miro y me devuelve la mirada,
sonrío y cómplice, responde
un beso y me lanza otro de vuelta

Desprende ternura,
como si le gustara aquello que mira,
y yo que nunca me miré como debería.

Sonrío.

Sonrío por como mira,
un hilo en sus ojos que me hechiza
un hilo de luz que se ata a los míos, me mira.

De nuevo, me mira.
Eterna, me mira.
No aparta la mirada hasta que yo la desvío.

Me inquieta. Y sonrío.
Pero no sé por qué lo hago.
Y me inquieta.

"¿Qué haces tan quieta y callada frente a mí?"
Mueve los labios, pero no me habla.
Parece que se ría de mí.

No dice nada. Mi sonrisa se va.

"¿Por qué no te mueves? ¿Por qué no hablas?"
Le pregunto mientras rebusco en sus ojos,
buscando en ellos la razón.

"¿Quieres decirme qué quieres? ¿Quién eres?"
Le digo esta vez, furiosa. "Me inquietas" 
grito, y parece que ahora grita ella también.

"Vete! No me mires sin dar ninguna explicación,
no me mires sin razón!"
Grito mientras le lanzo lo primero que encontré.

Y un fuerte estruendo resuena,
cuando el espejo del lavabo
se rompe y cae convertido
en mis fragmentos entre los cuales
todavía la veo a ella
que me mira desencajada
como si no entendiera
por qué se ha roto.

*Originalmente, todos los escritos de este blog nacieron en catalán, mi lengua materna, pero gracias a la educación bilingüe que recibí en mi escuela, y a lo orgullosa que me siento de hablar dos lenguas desde la cuna, puedo (y quiero) adaptarlos al castellano. 
Dejando de lado la ideología política de cada uno, no tendríamos que olvidar que mantener vivas dos lenguas en un mismo territorio es algo de lo que deberíamos sentirnos orgullosos.

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